viernes, 12 de diciembre de 2025

El extraño caso del efecto Mandela.

La primera vez que tuve conocimiento del llamado efecto Mandela, fue viendo la mítica serie Expediente X. Concretamente aparece en uno de los capítulos más tardíos de la serie, el 4º de la temporada 11, "El arte perdido del sudor en la frente". Antes de ver el citado capítulo (por cierto, grandiosa serie Expediente X), jamás había oído ni leído nada sobre el "efecto Mandela".

Pero, ¿qué es el efecto Mandela? Resumidamente consiste en un recuerdo vívido, algo de lo que estamos seguros, pero que nunca sucedió, o nunca fue así y que es compartido por un grupo de personas, que presuntamente recuerdan lo mismo. El capítulo en si de Expediente X, tiene mucho interés en nuestra historia de hoy. Precisamente estoy plenamente seguro de que el "efecto Mandela" se inventó en ese episodio de 2018, sin embargo, a día de hoy es complicado encontrar el origen auténtico y quien bautizó el presunto efecto como tal. Así, el mismo efecto Mandela, es un efecto Mandela, que se ha difundido desde entonces gracias a internet.

Mulder y Scully en la temporada 11 de Expediente X. Hoy propiedad de... Disney.

En aquel capítulo, sin hacer mucho spoiler, Mulder se encontraba con un hombre que afirmaba conocerle, y que le alertaba sobre una operación gubernamental para borrar el pasado. También se explicaba que el efecto Mandela, se llamaba de tal forma, dado que hay personas que recuerdan que Nelson Mandela falleció en prisión en la década de 1980, y nunca llegó a presidente de Sudáfrica. Argumento este que sigue acompañando como explicación al efecto Mandela desde entonces.

Hasta hoy ha habido otros casos de recuerdos pasados erróneos. Entre los que he podido consultar se encuentran algunos "efectos" curiosos, que poco a poco y con alguna pequeña prueba tienen más o menos alcance, y otros que se clasifican como efectos Mandela en webs como Wikipedia -fuera de internet, no hay nada material sobre el tema, y cómo veremos, es algo que puede ser significativo-.

El caso más interesante de efecto Mandela, me ha parecido sin duda el personaje que representa el juego del Monopoly. Casi todos recordamos a esta mascota, un gracioso señor mayor de pinta adinerada con chistera y frac y además... monóculo. Pero no, oficialmente nunca ha llevado monóculo. Y eso que también hay quien recuerda haberlo visto con monóculo en anuncios de TV.

Deberían ponerle el monóculo, claramente.


Otro llamativo efecto Mandela -posible efecto Mandela- es la máscara de Tutankamon. ¿Cómo recuerda usted la máscara? Piénselo por un momento, no le quiero sugestionar. Visualícela en su mente, y lea el párrafo de abajo.

En la máscara del conocido faraón niño, con su maldición y toda su mística, se encuentran dos animales, un buitre (que representa a la diosa Neijbet) y una cobra (que representa al dios Uadyet). En general sólo recordamos que llevara una cobra, pero no, lleva los dos animales al unísono, sobre la frente.

Máscara de Tutankamon, con el buitre y la cobra.


Por aportar otros ejemplos. La mayoría de nosotros recuerda la punta de la cola de Pikachu el de los Pokemon, con una franja negra. ¿La tiene? Pues el caso es que no. Y por último, aunque no menos importante, la emisión del golpe de estado del 23 F de 1981 en España. ¿Fue emitida en directo? Mucha gente así lo cree, el caso es que existen las imágenes, pero no, solo fue emitido en directo por la radio.

Pikachu.


Hay otra gran variedad de casos que se han etiquetado como efectos Mandela, pero bajo mi punto de vista solo son fallos culturales, como los relacionados con películas. En Casablanca, Rick jamás dice Sam, tócala otra vez. En el Imperio Contraataca, Darth Vader nunca dice Luke, yo soy tu padre (doy fe de que siempre ha dicho, literalmente "no, yo, soy tu padre") Lo que sucede es que a lo largo de los años ha habido parodias humorísticas que han calado en el inconsciente colectivo, donde si que se decían cosas parecidas (hay una del Fary con Cruz y Raya) y otras tantas.

Sam, toca el torito.

Explicaciones y teorías diversas.

Sugestión dirán algunos, confusiones colectivas, otros. Y puede ser, es lo más sencillo, pero existen otras ideas retorcidas surgidas también de las oscuras profundidades de internet. El más curioso está protagonizado por el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones que se ubica en la frontera franco-helvética. Según esta historia -con una nutrida colección de mensajes en Reddit- los experimentos del LHC desde su puesta en marcha en 2009, ocasionaron alternaciones en nuestra realidad, de tal modo que el universo en el que habitamos se habría "movido", ocupando de alguna manera o convirtiéndose directamente otra realidad paralela. Es decir, habríamos saltado de universo, a otro donde el señor del Monopoly no lleva monóculo, Tutankamon lleva dos animales en la frente... y si esta historia fuera cierta quien sabe cuantas cosas más.

El caso es que hacer cambios en el universo y generar realidades alternativas parece extremadamente fácil. Hagamos un pequeño experimento práctico, tomando un papel y un boli. Necesitamos escribir por ejemplo, una serie de letras, o números, dos o más. Por ejemplo, anotaríamos en un papel:

A B C D

Después, tacharíamos una de esas letras. Al hacerlo, hemos pensado primero cuál íbamos a tachar, y por alguna razón, el bolígrafo o el lápiz ha ido a parar sobre una de esas letras. Con ello, quizá en otra realidad paralela hayamos tomado la siguiente decisión:

- En lugar de letras, hemos puesto números, 1 2 3 4.

- Hemos tachado cualquiera.

o

- Hemos tachado cualquier otra de las letras diferente a la que escogimos.

Así pues, las acciones de los habitantes del universo en el que nos encontramos pueden alterar mínimamente la realidad cada segundo.

Sea como fuere, esto será siempre una teoría "de la conspiración", que nunca se comprobará, nadie saldrá a confirmar, y siempre será fruto del ridículo, aún en el surrealista supuesto de que fuera cierta.

Retomando el capítulo de Expediente X, otro fundamento interesante y que puede sernos más práctico para la vida diaria, es precisamente que alguien estuviera interesado en borrar o alterar el pasado. No es algo complicado y que hoy en día con nuestra excesiva dependencia de internet y hasta de la IA puede ser bastante fácil de llevar a cabo si no tenemos capacidad crítica y nos quedamos siempre con el primer mensaje que nos llega o con la versión oficial. Por ejemplo, cuando buscamos algo en algún buscador, ahora sale la IA en primer lugar a darnos una explicación, que suele ser a veces rotunda, casi autoritaria.

Lo que está impreso en los libros no puede borrarse. Puede destruirse si -hubo quemas de libros en determinados periodos históricos- pero al final siempre quedará alguien que haya conservado algo que desmienta aquello que trató de defenderse enviando a la pira a todas las ideas contrarias. Sin embargo, internet es editable 100%, es un vehículo a través del cual pueden incluso insertarse recuerdos que no teníamos, cambiar opiniones que tuvimos, generarnos otras nuevas, y mil cosas más.

Un ejemplo sencillo de esto. Recientemente, -como fan de Star Wars, que por algo me se que Darth Vader nunca dijo Luke, yo soy tu padre...- he visto que en las wikis de Star Wars e incluso en Wikipedia y otras webs, la Alianza Rebelde, ha sido rebautizada como "Alianza para restaurar la república" Sin noticia alguna han cambiado esto. Y ahí está la gracia -o desgracia- del asunto. No hay un control de cambios, una lista de actualizaciones, no hay nada, en cuanto a la información. Si alguien quiere rebautizar algo, o insertar nuevos párrafos en algún aspecto modificable sin que quede registrado, puede ser posible.

Y luego pueden decir tranquilamente, que siempre fue así. La confusión ya está hecha, ya que siempre habrá alguien que apoye la versión de que "siempre fue así", "es que..." y con cualquier explicación que enganche con algún elemento más o menos creíble está todo hecho. Debate generado, y confusión asegurada. La confusión asegura desorden, y a río revuelto, ganancia de pescadores.

Este ejemplo es algo lúdico. No pasa nada por ese nuevo nombre para la Alianza Rebelde, incluso aporta algo a la historia de Star Wars, pero el hecho de que no esté claro cuando ni como ni quien decidió añadir ese elemento nuevo de forma tan sencilla al universo de la saga es algo para ponerse a pensar.

Que para eso estamos una vez más, para hacer pensar, que algo quedará. Conserven sus libros, y sigan prefiriendo el formato físico. Ese no puede alterarse automáticamente sin aviso previo.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

El olvidado proyecto atómico de España: sueños de independencia, servicios secretos, accidentes nucleares y atentados terroristas

Poca gente sabe que España tuvo un proyecto para lograr un arsenal atómico, y que aunque oficialmente no dio como resultado, la fabricación de una bomba atómica española no estuvo muy lejos. A día de hoy el organismo heredero de aquellas investigaciones e instalaciones -el CIEMAT- sigue en funcionamiento, después de pasar por episodios de secretismo, accidentes nucleares y conspiraciones que duran hasta hoy.

Poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, allá por 1947, el ingeniero, físico y contraalmirante de la armada José María Otero de Navascués, entregó un informe al CSIC, donde se recomendaba iniciar de alguna manera investigaciones en el campo de la energía nuclear. A día de hoy no parece una idea excesivamente brillante ni rompedora, ya que para aquel momento ya se conocía de sobra lo que podía suponer la división del átomo, los terribles efectos que conllevaba su uso militar y sus posibilidades como fuente de energía, pero las implicaciones que tenía la posibilidad no eran menores. Además España estaba atravesando una cruel y dura postguerra de la primera época del franquismo, sumida en pleno periodo de aislacionismo internacional y autarquía económica, años que venían acompañados de penurias, hambrunas, piojos y pobreza en general. En cambio, España tenía y tiene las mayores reservas de uranio de Europa occidental, hecho que seguramente despertó la esperanza de que el mágico procedimiento de la división del átomo hiciese explosión lanzando hacia delante los sueños de una España independiente y solvente.

Otero de Navascués con gafas de sol, y a su derecha Velarde, junto con otros técnicos del JEN.

El CSIC, institución fundada al poco de concluir la Guerra Civil, (por sus siglas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y aún hoy la mayor institución pública dedicada a la investigación científica en España), tomó muy en serio el informe de Navascués. En poco tiempo se formó una comisión para profundizar en el asunto, y en 1948 se creó la Junta de Investigaciones Atómicas (JIA), dirigida por el propio Navascués. Por el momento, todo aquello tenía un carácter discreto. La JIA, se encargaba de la formación del personal y la elección de las investigaciones. La formación de los técnicos no era algo menor, ya que no debía existir en España por aquel entonces prácticamente nadie que estuviera especializado en el asunto, ni siquiera el mismo Navascués (cuya especialidad era la óptica). 

Ya en 1951, el interés español por la energía nuclear terminó por hacerse público, cuando la junta se transformó en Junta de Energía Nuclear (JEN), dirigida por el general Juan Vigón, militar de la máxima confianza de Franco. Sin embargo, la evolución de los trabajos continuaba de forma lenta, dada la falta de recursos técnicos y humanos. Lentitud que sería el mayor enemigo del proyecto atómico español.

Vigón fallecería en 1955 sin ver como se inauguraban las instalaciones que llevarían su nombre, el Centro Nacional de Energía Nuclear Juan Vigón, en 1958 (hoy CIEMAT), enclavadas en la Ciudad Universitaria de Madrid, a orillas del Manzanares, y cerca del centro de Madrid. Datos estos, que más adelante serán interesantes.

Video de la inauguración del Centro Nacional de Energía Nuclear.

Aún así, para ir adelantando y reflexionando, ¿era necesario hacer unas instalaciones de investigación nuclear tan cerca de zonas densamente habitadas?

Panorama nuclear.

Franco, visitando las instalaciones del JEN.

El panorama internacional era un actor estratégico en el desarrollo del proyecto atómico, así como en sus derivaciones. Por una parte, la potencia imperante en Europa occidental -EEUU- veía con muy malos ojos que surgieran nuevos jugadores nucleares en tierras europeas. Se le habían escapado algunos como Francia -o Gran Bretaña, pero esos no les importaban-, y Washington no iba a permitir más potencias nucleares en sus dominios. Poseer una bomba atómica, empezó a suponer desde 1945 (y hasta hoy y más allá) la línea que dividía a los países que podían hacer política internacional y evitar en mayor o menor medida interferencias en su propia política nacional, de aquellos que eran meramente títeres cuyos hilos eran manejados por otros. 

En esto estaban acertados los jerarcas, militares y técnicos franquistas cuando pusieron interés en el desarrollo de la energía nuclear tanto con fines pacíficos como militares. A finales de los años 1950, iban a suceder varios hitos importantes relacionados con España. Primero la independencia de Marruecos en 1956, que desde su inicio mostró ambiciones expansionistas a costa de territorios españoles. Segundo, la mejora de relaciones entre España y EEUU. Tercero, la primera bomba atómica francesa en 1960, y por último, el accidente de Palomares en 1966.

Los planificadores franquistas sabían que para frenar en seco las ansias de Marruecos la bomba sería un argumento excelente, pero también estaban seguros de que sin la ayuda técnica y económica norteamericana, el régimen acabaría por venirse abajo, balanza esta muy complicada de equilibrar por los intereses de Washington en el estrecho de Gibraltar.

Los norteamericanos no iban a permitir que España desarrollase armas atómicas bajo ningún concepto, como tampoco iban a autorizar a las fuerzas armadas españolas defender fácilmente las fronteras nacionales, como sucedería entre 1957 y 1958 durante la guerra del Sidi-Ifni contra Marruecos. Durante ese conflicto, EEUU prohibió a España usar el material bélico que le había suministrado. España solo pudo contar con la ayuda francesa en aquel conflicto, y como veremos, sólo los franceses estarían dispuestos más adelante a colaborar con España en su proyecto atómico de índole militar.

En virtud del plan Marshall, España iba a recibir reactores nucleares experimentales para la formación de personal, (el Arbi en Bilbao y el Argos en Barcelona, a principios de la década de 1960), pero a su vez el gobierno franquista también había tenido que aceptar en 1955 el programa "Átomos para la Paz", que permitía a los norteamericanos inspeccionar las instalaciones nucleares en España, para comprobar que lo que se hacía en ellas fuera estrictamente con propósitos civiles. La energía atómica había llegado pues a España de manos de los norteamericanos antes que los talentos del régimen hubieran logrado grandes avances científicos. Paradójicamente, las autoridades franquistas necesitaban a los americanos para avanzar, pero a su vez los americanos eran el obstáculo principal.

El presidente Eisenhower dando su discurso en la ONU sobre el programa Átomos para la paz.
 Los átomos debían ser para la paz. Los de los demás, claro.


Aún así, las carencias técnicas y humanas sumadas a la vigilancia de EEUU no iban a evitar que España comenzase casi de inmediato los estudios para lograr un arma atómica. Los primeros reactores experimentales suministrados por EEUU para la formación de técnicos e ingenieros habían sido puestos en funcionamiento en 1962, y para 1963, comenzó la andadura del secretísimo proyecto para lograr un arma atómica. Llamado "Proyecto Islero" por el toro que había terminado con la vida del mítico torero Manolete, las investigaciones para lograr una bomba atómica habían arrancado. El general Muñoz Grandes, un filonazi que había dirigido a la División Azul, y con pocas simpatías por los norteamericanos, junto con el almirante Carrero Blanco, eran los principales impulsores del proyecto, encargando a Navascués la dirección de los trabajos para lograr la bomba. Las primeras investigaciones dieron pronto como resultado que la creación de una bomba requería la obtención de plutonio a partir de uranio, lo cual no es posible con reactores convencionales. Así pues, eran necesarios esos dos elementos, que los americanos no iban a suministrar, y proceso del que tampoco debían estar al corriente.

La sorpresa que cayó del cielo.

Durante los años siguientes, las investigaciones españolas dieron muy escasos resultados. De nuevo las carencias de conocimientos, de materiales, y la situación internacional eran un severo lastre que impedían los avances. Cuanto más tiempo pasaba, la situación se volvía más compleja, y las dificultades aumentaban. Los franceses, con menos problemas y más recursos habían logrado su primera bomba unos años antes en un periodo menor, pero España, en peor situación no lograba acercarse al objetivo mientras los años iban pasando. El propio Franco había ido perdiendo progresivamente el interés en el proyecto, que no daba resultados. Pero inesperadamente, los técnicos españoles se iban a encontrar con una milagrosa ayuda caída del cielo. Milagrosa, y muy milagrosa, porque el evento de haber sido más dramático podía haber dejado España destruida en un absoluto apocalipsis.

El 17 de enero de 1966, dos aviones norteamericanos, un B-52 y un avión cisterna se encontraban sobre Almería, a más de 10.000 metros. El B-52 realizaba una maniobra arriesgada para repostar en vuelo, cuando sucedió la catástrofe. Los aparatos colisionaron (sobrevivieron 4 tripulantes del B-52 de un total de 7 y ninguno del avión cisterna) provocando la caída a tierra de cuatro bombas termonucleares que afortunadamente como sabemos no explotaron gracias al sistema de seguridad con el que contaban las bombas, que funcionó perfectamente. Aunque dos de las bombas quedaron intactas gracias a sus paracaídas, las otras dos restantes cayeron fragmentándose en pedazos y liberando material radiactivo que contaminó una amplía zona. Al enterarse del accidente, Muñoz Grandes -jefe del estado mayor del ejército- ordenó al JEN que acudiera a la zona para comprobar los daños y recolectar todo lo que se pudiera. De este modo los técnicos de la Junta de Energía Nuclear lograron obtener muestras de plutonio y algunos fragmentos de las bombas entre los que se encontraban, casualmente, los detonadores. Como resultado, las autoridades españolas habían accedido al secreto de la construcción de una bomba de hidrógeno, convirtiéndose en el sexto país del mundo en lograrlo tras EEUU, la URSS, Gran Bretaña, Francia y China. 

Rescate de una de las bombas.

(No es casualidad que estos, sean los que tienen derecho de veto en el consejo de seguridad de la ONU, volviendo a recordar, que en nuestros tiempos, para hacer política exterior y mantener la interior independiente, se requiere tener una bomba atómica).

Tricornios y restos de un casi apocalipsis nuclear.


Con la inesperada ayuda, el proyecto empezó a ir ahora viento en popa a toda vela. En 1968 se instalaron los reactores nucleares experimentales JEN-1 y Coral-1 en las instalaciones del JEN en la ciudad universitaria de Madrid (en el mismo año se inauguró en Guadalajara la central nuclear de Zorita, la primera de uso civil en España). El Coral-1 era capaz de producir uranio de utilización militar, y de hecho ya en 1969 salieron al mundo las primeras cantidades de plutonio 239 nacidas en España. Los franceses, que habían salido parcialmente de la OTAN en 1966, pensaban que la idea de una España con capacidad nuclear era una buena idea, buscando una cierta independencia militar respecto de EEUU, y así, la Francia del general De Gaulle estrechó la colaboración en temas nucleares, constituyéndose incluso una sociedad conjunta, HIFRENSA. De esta colaboración nació la central nuclear de Vandellós I en 1972 instalada en Tarragona, que podía generar el combustible necesario para la fabricación de las bombas. Según Guillermo Velarde, físico nuclear y director del proyecto Islero desde 1963, en aquellas condiciones España era capaz de fabricar 3 bombas atómicas al año. Un informe del general Manuel Díez-Alegría, jefe del estado mayor general estimaba la posibilidad de realizar las pruebas nucleares españolas en el Sáhara.


El accidente radiactivo del JEN en el Manzanares. Nos vamos de fin de semana.

Vista aérea de las instalaciones del JEN, hoy CIEMAT, en la Ciudad Universitaria de Madrid. El reactor Coral-1 se encuentra en el edificio de forma de cubo con columnas que destaca en la parte izquierda del complejo. Fue decomisionado en 1994.

Como decíamos antes, la ubicación de las instalaciones del JEN en la Ciudad Universitaria de Madrid tenían su relevancia. Parece que los técnicos franquistas no tuvieron en cuenta que la ubicación demasiado cercana a zonas densamente pobladas como Madrid y sus alrededores podrían ocasionar algún problema. La fatalidad llegó cuando el sábado 7 de noviembre de 1970 se liberaron por error a las alcantarillas unos 60 litros de agua contaminada con cesio, plutonio, estroncio y otros isótopos, que llegaron al río Manzanares, al Jarama y al fin al Tajo, llegando el vertido hasta su desembocadura en Lisboa. Al parecer, aquel mismo sábado se supo del tremendo error, pero el personal abandonó sus puestos de trabajo allá por las 15:00 y no reanudarían las labores hasta el lunes siguiente, día 9 de noviembre. Dramáticamente, los técnicos del JEN (hoy CIEMAT) no conocían los protocolos en materia de seguridad nuclear, y aquel fin de semana no se hizo absolutamente nada para proteger a la población.

El incidente fue silenciado tanto por el régimen franquista como por el salazarista de Portugal, de hecho sus consecuencias son prácticamente desconocidas a día de hoy. Rara vez citado el accidente, solo se conocieron detalles profundos en 1994 cuando se desclasificó la documentación y el diario El País le dedicó un reportaje. Las medidas de "urgencia" tomadas dos meses después (!) incluyeron la prohibición de regar con agua de los ríos afectados, y el consumo de las cosechas de las tierras aledañas. Así, se enviaron técnicos, agentes vestidos con batas blancas, que recorrían los alrededores tratando de comprar las cosechas de las zonas afectadas. Parece evidente que en aquellos dos meses, muchos productos habían alcanzado la mesa y los estómagos de los consumidores, a donde fueron a parar varios isótopos radiactivos. Así a día de hoy, superado el franquismo (o eso creemos), siguen sin existir estudios epidemiológicos sobre el asunto, que ha quedado en el olvido.

El reactor Coral-1 que fue puesto fuera de servicio en 1994, aparece de forma casi protagonista en uno de los capítulos de mi libro 1985, el descubrimiento del Más Allá.

España, a tiro de bomba.

Pero entonces, alcanzado técnicamente el éxito, Franco pisó el freno. El dictador temía que los norteamericanos tomasen represalias contra España a modo de sanciones económicas, de tal magnitud que la creación de un arsenal nuclear autóctono tuviera menos ventajas que el perjuicio que EEUU pudiera causar. De este modo el desarrollo físico de la bomba se detuvo, aunque no así los estudios. En aquel momento crucial, se perdería prácticamente la última ocasión real de que España tuviera un arsenal atómico.

En junio 1973, Carrero Blanco es nombrado presidente del gobierno. Como hemos dicho anteriormente, Carrero Blanco era favorable al desarrollo de un arsenal atómico español, que librase a España del yugo de otras potencias como EEUU y permitiera defender territorios extrapeninsulares sobre los que Marruecos había fijado sus intereses -Canarias, Ceuta y Melilla- Pero además, también abogaba por el entendimiento con el mundo árabe, lo cual no era visto con buenos ojos sobre todo desde Israel.

Carrero Blanco se hace el duro con Kissinger y al día siguiente vuela en Dodge Dart.


Kissinger junto a Franco, en aquella visita. (Foto, ABC).

Para entonces, los norteamericanos estaban al tanto ya de las operaciones españolas en materia nuclear, y conocían bien el perfil de Carrero Blanco. Unos meses después de que este llegase a la presidencia del gobierno, el secretario de estado de EEUU, el judío-alemán emigrado a EEUU en su juventud Henry Kissinger. Durante su visita, el poderoso Kissinger se entrevistó con Franco -al que le quedaban menos de 2 años de vida- y con el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. También tendría una entrevista con el presidente Carrero Blanco, en la que, al parecer, éste le pidió a Kissinger garantías de que EEUU se alineara con España en caso de agresión marroquí a Ceuta, Melilla o Canarias. Kissinger rechazó tal propuesta, dejando clara la actitud real de EEUU. Si lo que se cuenta es cierto, quizá decepcionado por el desaire de Kissinger, Carrero Blanco le reveló las capacidades y los planes nucleares de España para defender sus fronteras siendo que no contaba con el apoyo norteamericano.

Recorte de ABC del 20 de diciembre de 1973.

De nada serviría este pequeño órdago. Kissinger abandonó España de inmediato, y al día siguiente (20 de diciembre de 1973) Carrero Blanco volaba por los aires, falleciendo como consecuencia del atentado terrorista del que había sido objeto. Años después, una nota de la agencia de noticias soviética TASS, contaba que, los servicios de inteligencia norteamericanos habían tenido parte activa en el atentado, de forma directa o indirecta, una información esta que Washington ha desmentido varias veces. Y tema este que daría para otro largo artículo.

El proyecto Islero más allá de 1975.

Con el asesinato de Carrero Blanco empezaba a morir el proyecto atómico español y el sueño de una España sin ataduras (al menos externas). Aún así, los sueños atómicos del proyecto Islero se resistían a morir, y sobrevivirían incluso a Franco. El gobierno de Arias Navarro continuó adelante muy en serio  con los trabajos, y se planeó un Centro de Investigación Nuclear, que empezó a construirse en Soria en 1977, pero que finalmente nunca se terminó. Y ello fue debido a que la administración norteamericana del presidente Carter descubrió que con aquellas instalaciones en funcionamiento España habría tenido capacidad para construir al rededor de 20 bombas atómicas al año. Aquello era inaceptable para los norteamericanos, que redoblaron sus presiones para que España aceptase que sus instalaciones nucleares fueran inspeccionadas por la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica), lo cual terminó sucediendo a partir de 1981.

Vista aérea del Centro de Investigación Nuclear en Soria. (Foto, El mirón de Soria).

Ya durante la democracia, el gobierno de Adolfo Suárez continuaba interesado en mantener el proyecto Islero en marcha, pero la llegada al poder del PSOE, la entrada en la OTAN y la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear, el proyecto Islero quedó oficialmente suspendido. Y por lo que respecta a la soberanía española, teóricamente muy perjudicada, ya que la OTAN no incluye a los territorios extrapeninsulares españoles, factor que da para pensar cuales son los hechos y cuales los auténticos resultados de la entrada de España en la OTAN, y los auténticos intereses de EEUU (e Israel) en España. 

A día de hoy nuestro país cuenta con capacidad de fabricar varias bombas atómicas al año si reactivase el programa nuclear, pero el panorama internacional y nacional hacen que esta posibilidad sea prácticamente imposible. Una vez más, lo que no se hace en su momento, parece avocado al olvido y a ser sepultado por las arenas del tiempo.

Bibliografía.

- La bomba atómica de España: Proyecto Islero. RNE

- Hemeroteca El Mundo.

- Hemeroteca ABC.

- Hemeroteca El Correo de Burgos.

- Hemeroteca El Mirón de Soria.

- Hemeroteca La Razón.

- Hemeroteca Diario 16.

- Hemeroteca El País.

El extraño caso del efecto Mandela.

La primera vez que tuve conocimiento del llamado efecto Mandela, fue viendo la mítica serie Expediente X. Concretamente aparece en uno de lo...