viernes, 12 de diciembre de 2025

El extraño caso del efecto Mandela.

La primera vez que tuve conocimiento del llamado efecto Mandela, fue viendo la mítica serie Expediente X. Concretamente aparece en uno de los capítulos más tardíos de la serie, el 4º de la temporada 11, "El arte perdido del sudor en la frente". Antes de ver el citado capítulo (por cierto, grandiosa serie Expediente X), jamás había oído ni leído nada sobre el "efecto Mandela".

Pero, ¿qué es el efecto Mandela? Resumidamente consiste en un recuerdo vívido, algo de lo que estamos seguros, pero que nunca sucedió, o nunca fue así y que es compartido por un grupo de personas, que presuntamente recuerdan lo mismo. El capítulo en si de Expediente X, tiene mucho interés en nuestra historia de hoy. Precisamente estoy plenamente seguro de que el "efecto Mandela" se inventó en ese episodio de 2018, sin embargo, a día de hoy es complicado encontrar el origen auténtico y quien bautizó el presunto efecto como tal. Así, el mismo efecto Mandela, es un efecto Mandela, que se ha difundido desde entonces gracias a internet.

Mulder y Scully en la temporada 11 de Expediente X. Hoy propiedad de... Disney.

En aquel capítulo, sin hacer mucho spoiler, Mulder se encontraba con un hombre que afirmaba conocerle, y que le alertaba sobre una operación gubernamental para borrar el pasado. También se explicaba que el efecto Mandela, se llamaba de tal forma, dado que hay personas que recuerdan que Nelson Mandela falleció en prisión en la década de 1980, y nunca llegó a presidente de Sudáfrica. Argumento este que sigue acompañando como explicación al efecto Mandela desde entonces.

Hasta hoy ha habido otros casos de recuerdos pasados erróneos. Entre los que he podido consultar se encuentran algunos "efectos" curiosos, que poco a poco y con alguna pequeña prueba tienen más o menos alcance, y otros que se clasifican como efectos Mandela en webs como Wikipedia -fuera de internet, no hay nada material sobre el tema, y cómo veremos, es algo que puede ser significativo-.

El caso más interesante de efecto Mandela, me ha parecido sin duda el personaje que representa el juego del Monopoly. Casi todos recordamos a esta mascota, un gracioso señor mayor de pinta adinerada con chistera y frac y además... monóculo. Pero no, oficialmente nunca ha llevado monóculo. Y eso que también hay quien recuerda haberlo visto con monóculo en anuncios de TV.

Deberían ponerle el monóculo, claramente.


Otro llamativo efecto Mandela -posible efecto Mandela- es la máscara de Tutankamon. ¿Cómo recuerda usted la máscara? Piénselo por un momento, no le quiero sugestionar. Visualícela en su mente, y lea el párrafo de abajo.

En la máscara del conocido faraón niño, con su maldición y toda su mística, se encuentran dos animales, un buitre (que representa a la diosa Neijbet) y una cobra (que representa al dios Uadyet). En general sólo recordamos que llevara una cobra, pero no, lleva los dos animales al unísono, sobre la frente.

Máscara de Tutankamon, con el buitre y la cobra.


Por aportar otros ejemplos. La mayoría de nosotros recuerda la punta de la cola de Pikachu el de los Pokemon, con una franja negra. ¿La tiene? Pues el caso es que no. Y por último, aunque no menos importante, la emisión del golpe de estado del 23 F de 1981 en España. ¿Fue emitida en directo? Mucha gente así lo cree, el caso es que existen las imágenes, pero no, solo fue emitido en directo por la radio.

Pikachu.


Hay otra gran variedad de casos que se han etiquetado como efectos Mandela, pero bajo mi punto de vista solo son fallos culturales, como los relacionados con películas. En Casablanca, Rick jamás dice Sam, tócala otra vez. En el Imperio Contraataca, Darth Vader nunca dice Luke, yo soy tu padre (doy fe de que siempre ha dicho, literalmente "no, yo, soy tu padre") Lo que sucede es que a lo largo de los años ha habido parodias humorísticas que han calado en el inconsciente colectivo, donde si que se decían cosas parecidas (hay una del Fary con Cruz y Raya) y otras tantas.

Sam, toca el torito.

Explicaciones y teorías diversas.

Sugestión dirán algunos, confusiones colectivas, otros. Y puede ser, es lo más sencillo, pero existen otras ideas retorcidas surgidas también de las oscuras profundidades de internet. El más curioso está protagonizado por el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones que se ubica en la frontera franco-helvética. Según esta historia -con una nutrida colección de mensajes en Reddit- los experimentos del LHC desde su puesta en marcha en 2009, ocasionaron alternaciones en nuestra realidad, de tal modo que el universo en el que habitamos se habría "movido", ocupando de alguna manera o convirtiéndose directamente otra realidad paralela. Es decir, habríamos saltado de universo, a otro donde el señor del Monopoly no lleva monóculo, Tutankamon lleva dos animales en la frente... y si esta historia fuera cierta quien sabe cuantas cosas más.

El caso es que hacer cambios en el universo y generar realidades alternativas parece extremadamente fácil. Hagamos un pequeño experimento práctico, tomando un papel y un boli. Necesitamos escribir por ejemplo, una serie de letras, o números, dos o más. Por ejemplo, anotaríamos en un papel:

A B C D

Después, tacharíamos una de esas letras. Al hacerlo, hemos pensado primero cuál íbamos a tachar, y por alguna razón, el bolígrafo o el lápiz ha ido a parar sobre una de esas letras. Con ello, quizá en otra realidad paralela hayamos tomado la siguiente decisión:

- En lugar de letras, hemos puesto números, 1 2 3 4.

- Hemos tachado cualquiera.

o

- Hemos tachado cualquier otra de las letras diferente a la que escogimos.

Así pues, las acciones de los habitantes del universo en el que nos encontramos pueden alterar mínimamente la realidad cada segundo.

Sea como fuere, esto será siempre una teoría "de la conspiración", que nunca se comprobará, nadie saldrá a confirmar, y siempre será fruto del ridículo, aún en el surrealista supuesto de que fuera cierta.

Retomando el capítulo de Expediente X, otro fundamento interesante y que puede sernos más práctico para la vida diaria, es precisamente que alguien estuviera interesado en borrar o alterar el pasado. No es algo complicado y que hoy en día con nuestra excesiva dependencia de internet y hasta de la IA puede ser bastante fácil de llevar a cabo si no tenemos capacidad crítica y nos quedamos siempre con el primer mensaje que nos llega o con la versión oficial. Por ejemplo, cuando buscamos algo en algún buscador, ahora sale la IA en primer lugar a darnos una explicación, que suele ser a veces rotunda, casi autoritaria.

Lo que está impreso en los libros no puede borrarse. Puede destruirse si -hubo quemas de libros en determinados periodos históricos- pero al final siempre quedará alguien que haya conservado algo que desmienta aquello que trató de defenderse enviando a la pira a todas las ideas contrarias. Sin embargo, internet es editable 100%, es un vehículo a través del cual pueden incluso insertarse recuerdos que no teníamos, cambiar opiniones que tuvimos, generarnos otras nuevas, y mil cosas más.

Un ejemplo sencillo de esto. Recientemente, -como fan de Star Wars, que por algo me se que Darth Vader nunca dijo Luke, yo soy tu padre...- he visto que en las wikis de Star Wars e incluso en Wikipedia y otras webs, la Alianza Rebelde, ha sido rebautizada como "Alianza para restaurar la república" Sin noticia alguna han cambiado esto. Y ahí está la gracia -o desgracia- del asunto. No hay un control de cambios, una lista de actualizaciones, no hay nada, en cuanto a la información. Si alguien quiere rebautizar algo, o insertar nuevos párrafos en algún aspecto modificable sin que quede registrado, puede ser posible.

Y luego pueden decir tranquilamente, que siempre fue así. La confusión ya está hecha, ya que siempre habrá alguien que apoye la versión de que "siempre fue así", "es que..." y con cualquier explicación que enganche con algún elemento más o menos creíble está todo hecho. Debate generado, y confusión asegurada. La confusión asegura desorden, y a río revuelto, ganancia de pescadores.

Este ejemplo es algo lúdico. No pasa nada por ese nuevo nombre para la Alianza Rebelde, incluso aporta algo a la historia de Star Wars, pero el hecho de que no esté claro cuando ni como ni quien decidió añadir ese elemento nuevo de forma tan sencilla al universo de la saga es algo para ponerse a pensar.

Que para eso estamos una vez más, para hacer pensar, que algo quedará. Conserven sus libros, y sigan prefiriendo el formato físico. Ese no puede alterarse automáticamente sin aviso previo.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

El olvidado proyecto atómico de España: sueños de independencia, servicios secretos, accidentes nucleares y atentados terroristas

Poca gente sabe que España tuvo un proyecto para lograr un arsenal atómico, y que aunque oficialmente no dio como resultado, la fabricación de una bomba atómica española no estuvo muy lejos. A día de hoy el organismo heredero de aquellas investigaciones e instalaciones -el CIEMAT- sigue en funcionamiento, después de pasar por episodios de secretismo, accidentes nucleares y conspiraciones que duran hasta hoy.

Poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, allá por 1947, el ingeniero, físico y contraalmirante de la armada José María Otero de Navascués, entregó un informe al CSIC, donde se recomendaba iniciar de alguna manera investigaciones en el campo de la energía nuclear. A día de hoy no parece una idea excesivamente brillante ni rompedora, ya que para aquel momento ya se conocía de sobra lo que podía suponer la división del átomo, los terribles efectos que conllevaba su uso militar y sus posibilidades como fuente de energía, pero las implicaciones que tenía la posibilidad no eran menores. Además España estaba atravesando una cruel y dura postguerra de la primera época del franquismo, sumida en pleno periodo de aislacionismo internacional y autarquía económica, años que venían acompañados de penurias, hambrunas, piojos y pobreza en general. En cambio, España tenía y tiene las mayores reservas de uranio de Europa occidental, hecho que seguramente despertó la esperanza de que el mágico procedimiento de la división del átomo hiciese explosión lanzando hacia delante los sueños de una España independiente y solvente.

Otero de Navascués con gafas de sol, y a su derecha Velarde, junto con otros técnicos del JEN.

El CSIC, institución fundada al poco de concluir la Guerra Civil, (por sus siglas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y aún hoy la mayor institución pública dedicada a la investigación científica en España), tomó muy en serio el informe de Navascués. En poco tiempo se formó una comisión para profundizar en el asunto, y en 1948 se creó la Junta de Investigaciones Atómicas (JIA), dirigida por el propio Navascués. Por el momento, todo aquello tenía un carácter discreto. La JIA, se encargaba de la formación del personal y la elección de las investigaciones. La formación de los técnicos no era algo menor, ya que no debía existir en España por aquel entonces prácticamente nadie que estuviera especializado en el asunto, ni siquiera el mismo Navascués (cuya especialidad era la óptica). 

Ya en 1951, el interés español por la energía nuclear terminó por hacerse público, cuando la junta se transformó en Junta de Energía Nuclear (JEN), dirigida por el general Juan Vigón, militar de la máxima confianza de Franco. Sin embargo, la evolución de los trabajos continuaba de forma lenta, dada la falta de recursos técnicos y humanos. Lentitud que sería el mayor enemigo del proyecto atómico español.

Vigón fallecería en 1955 sin ver como se inauguraban las instalaciones que llevarían su nombre, el Centro Nacional de Energía Nuclear Juan Vigón, en 1958 (hoy CIEMAT), enclavadas en la Ciudad Universitaria de Madrid, a orillas del Manzanares, y cerca del centro de Madrid. Datos estos, que más adelante serán interesantes.

Video de la inauguración del Centro Nacional de Energía Nuclear.

Aún así, para ir adelantando y reflexionando, ¿era necesario hacer unas instalaciones de investigación nuclear tan cerca de zonas densamente habitadas?

Panorama nuclear.

Franco, visitando las instalaciones del JEN.

El panorama internacional era un actor estratégico en el desarrollo del proyecto atómico, así como en sus derivaciones. Por una parte, la potencia imperante en Europa occidental -EEUU- veía con muy malos ojos que surgieran nuevos jugadores nucleares en tierras europeas. Se le habían escapado algunos como Francia -o Gran Bretaña, pero esos no les importaban-, y Washington no iba a permitir más potencias nucleares en sus dominios. Poseer una bomba atómica, empezó a suponer desde 1945 (y hasta hoy y más allá) la línea que dividía a los países que podían hacer política internacional y evitar en mayor o menor medida interferencias en su propia política nacional, de aquellos que eran meramente títeres cuyos hilos eran manejados por otros. 

En esto estaban acertados los jerarcas, militares y técnicos franquistas cuando pusieron interés en el desarrollo de la energía nuclear tanto con fines pacíficos como militares. A finales de los años 1950, iban a suceder varios hitos importantes relacionados con España. Primero la independencia de Marruecos en 1956, que desde su inicio mostró ambiciones expansionistas a costa de territorios españoles. Segundo, la mejora de relaciones entre España y EEUU. Tercero, la primera bomba atómica francesa en 1960, y por último, el accidente de Palomares en 1966.

Los planificadores franquistas sabían que para frenar en seco las ansias de Marruecos la bomba sería un argumento excelente, pero también estaban seguros de que sin la ayuda técnica y económica norteamericana, el régimen acabaría por venirse abajo, balanza esta muy complicada de equilibrar por los intereses de Washington en el estrecho de Gibraltar.

Los norteamericanos no iban a permitir que España desarrollase armas atómicas bajo ningún concepto, como tampoco iban a autorizar a las fuerzas armadas españolas defender fácilmente las fronteras nacionales, como sucedería entre 1957 y 1958 durante la guerra del Sidi-Ifni contra Marruecos. Durante ese conflicto, EEUU prohibió a España usar el material bélico que le había suministrado. España solo pudo contar con la ayuda francesa en aquel conflicto, y como veremos, sólo los franceses estarían dispuestos más adelante a colaborar con España en su proyecto atómico de índole militar.

En virtud del plan Marshall, España iba a recibir reactores nucleares experimentales para la formación de personal, (el Arbi en Bilbao y el Argos en Barcelona, a principios de la década de 1960), pero a su vez el gobierno franquista también había tenido que aceptar en 1955 el programa "Átomos para la Paz", que permitía a los norteamericanos inspeccionar las instalaciones nucleares en España, para comprobar que lo que se hacía en ellas fuera estrictamente con propósitos civiles. La energía atómica había llegado pues a España de manos de los norteamericanos antes que los talentos del régimen hubieran logrado grandes avances científicos. Paradójicamente, las autoridades franquistas necesitaban a los americanos para avanzar, pero a su vez los americanos eran el obstáculo principal.

El presidente Eisenhower dando su discurso en la ONU sobre el programa Átomos para la paz.
 Los átomos debían ser para la paz. Los de los demás, claro.


Aún así, las carencias técnicas y humanas sumadas a la vigilancia de EEUU no iban a evitar que España comenzase casi de inmediato los estudios para lograr un arma atómica. Los primeros reactores experimentales suministrados por EEUU para la formación de técnicos e ingenieros habían sido puestos en funcionamiento en 1962, y para 1963, comenzó la andadura del secretísimo proyecto para lograr un arma atómica. Llamado "Proyecto Islero" por el toro que había terminado con la vida del mítico torero Manolete, las investigaciones para lograr una bomba atómica habían arrancado. El general Muñoz Grandes, un filonazi que había dirigido a la División Azul, y con pocas simpatías por los norteamericanos, junto con el almirante Carrero Blanco, eran los principales impulsores del proyecto, encargando a Navascués la dirección de los trabajos para lograr la bomba. Las primeras investigaciones dieron pronto como resultado que la creación de una bomba requería la obtención de plutonio a partir de uranio, lo cual no es posible con reactores convencionales. Así pues, eran necesarios esos dos elementos, que los americanos no iban a suministrar, y proceso del que tampoco debían estar al corriente.

La sorpresa que cayó del cielo.

Durante los años siguientes, las investigaciones españolas dieron muy escasos resultados. De nuevo las carencias de conocimientos, de materiales, y la situación internacional eran un severo lastre que impedían los avances. Cuanto más tiempo pasaba, la situación se volvía más compleja, y las dificultades aumentaban. Los franceses, con menos problemas y más recursos habían logrado su primera bomba unos años antes en un periodo menor, pero España, en peor situación no lograba acercarse al objetivo mientras los años iban pasando. El propio Franco había ido perdiendo progresivamente el interés en el proyecto, que no daba resultados. Pero inesperadamente, los técnicos españoles se iban a encontrar con una milagrosa ayuda caída del cielo. Milagrosa, y muy milagrosa, porque el evento de haber sido más dramático podía haber dejado España destruida en un absoluto apocalipsis.

El 17 de enero de 1966, dos aviones norteamericanos, un B-52 y un avión cisterna se encontraban sobre Almería, a más de 10.000 metros. El B-52 realizaba una maniobra arriesgada para repostar en vuelo, cuando sucedió la catástrofe. Los aparatos colisionaron (sobrevivieron 4 tripulantes del B-52 de un total de 7 y ninguno del avión cisterna) provocando la caída a tierra de cuatro bombas termonucleares que afortunadamente como sabemos no explotaron gracias al sistema de seguridad con el que contaban las bombas, que funcionó perfectamente. Aunque dos de las bombas quedaron intactas gracias a sus paracaídas, las otras dos restantes cayeron fragmentándose en pedazos y liberando material radiactivo que contaminó una amplía zona. Al enterarse del accidente, Muñoz Grandes -jefe del estado mayor del ejército- ordenó al JEN que acudiera a la zona para comprobar los daños y recolectar todo lo que se pudiera. De este modo los técnicos de la Junta de Energía Nuclear lograron obtener muestras de plutonio y algunos fragmentos de las bombas entre los que se encontraban, casualmente, los detonadores. Como resultado, las autoridades españolas habían accedido al secreto de la construcción de una bomba de hidrógeno, convirtiéndose en el sexto país del mundo en lograrlo tras EEUU, la URSS, Gran Bretaña, Francia y China. 

Rescate de una de las bombas.

(No es casualidad que estos, sean los que tienen derecho de veto en el consejo de seguridad de la ONU, volviendo a recordar, que en nuestros tiempos, para hacer política exterior y mantener la interior independiente, se requiere tener una bomba atómica).

Tricornios y restos de un casi apocalipsis nuclear.


Con la inesperada ayuda, el proyecto empezó a ir ahora viento en popa a toda vela. En 1968 se instalaron los reactores nucleares experimentales JEN-1 y Coral-1 en las instalaciones del JEN en la ciudad universitaria de Madrid (en el mismo año se inauguró en Guadalajara la central nuclear de Zorita, la primera de uso civil en España). El Coral-1 era capaz de producir uranio de utilización militar, y de hecho ya en 1969 salieron al mundo las primeras cantidades de plutonio 239 nacidas en España. Los franceses, que habían salido parcialmente de la OTAN en 1966, pensaban que la idea de una España con capacidad nuclear era una buena idea, buscando una cierta independencia militar respecto de EEUU, y así, la Francia del general De Gaulle estrechó la colaboración en temas nucleares, constituyéndose incluso una sociedad conjunta, HIFRENSA. De esta colaboración nació la central nuclear de Vandellós I en 1972 instalada en Tarragona, que podía generar el combustible necesario para la fabricación de las bombas. Según Guillermo Velarde, físico nuclear y director del proyecto Islero desde 1963, en aquellas condiciones España era capaz de fabricar 3 bombas atómicas al año. Un informe del general Manuel Díez-Alegría, jefe del estado mayor general estimaba la posibilidad de realizar las pruebas nucleares españolas en el Sáhara.


El accidente radiactivo del JEN en el Manzanares. Nos vamos de fin de semana.

Vista aérea de las instalaciones del JEN, hoy CIEMAT, en la Ciudad Universitaria de Madrid. El reactor Coral-1 se encuentra en el edificio de forma de cubo con columnas que destaca en la parte izquierda del complejo. Fue decomisionado en 1994.

Como decíamos antes, la ubicación de las instalaciones del JEN en la Ciudad Universitaria de Madrid tenían su relevancia. Parece que los técnicos franquistas no tuvieron en cuenta que la ubicación demasiado cercana a zonas densamente pobladas como Madrid y sus alrededores podrían ocasionar algún problema. La fatalidad llegó cuando el sábado 7 de noviembre de 1970 se liberaron por error a las alcantarillas unos 60 litros de agua contaminada con cesio, plutonio, estroncio y otros isótopos, que llegaron al río Manzanares, al Jarama y al fin al Tajo, llegando el vertido hasta su desembocadura en Lisboa. Al parecer, aquel mismo sábado se supo del tremendo error, pero el personal abandonó sus puestos de trabajo allá por las 15:00 y no reanudarían las labores hasta el lunes siguiente, día 9 de noviembre. Dramáticamente, los técnicos del JEN (hoy CIEMAT) no conocían los protocolos en materia de seguridad nuclear, y aquel fin de semana no se hizo absolutamente nada para proteger a la población.

El incidente fue silenciado tanto por el régimen franquista como por el salazarista de Portugal, de hecho sus consecuencias son prácticamente desconocidas a día de hoy. Rara vez citado el accidente, solo se conocieron detalles profundos en 1994 cuando se desclasificó la documentación y el diario El País le dedicó un reportaje. Las medidas de "urgencia" tomadas dos meses después (!) incluyeron la prohibición de regar con agua de los ríos afectados, y el consumo de las cosechas de las tierras aledañas. Así, se enviaron técnicos, agentes vestidos con batas blancas, que recorrían los alrededores tratando de comprar las cosechas de las zonas afectadas. Parece evidente que en aquellos dos meses, muchos productos habían alcanzado la mesa y los estómagos de los consumidores, a donde fueron a parar varios isótopos radiactivos. Así a día de hoy, superado el franquismo (o eso creemos), siguen sin existir estudios epidemiológicos sobre el asunto, que ha quedado en el olvido.

El reactor Coral-1 que fue puesto fuera de servicio en 1994, aparece de forma casi protagonista en uno de los capítulos de mi libro 1985, el descubrimiento del Más Allá.

España, a tiro de bomba.

Pero entonces, alcanzado técnicamente el éxito, Franco pisó el freno. El dictador temía que los norteamericanos tomasen represalias contra España a modo de sanciones económicas, de tal magnitud que la creación de un arsenal nuclear autóctono tuviera menos ventajas que el perjuicio que EEUU pudiera causar. De este modo el desarrollo físico de la bomba se detuvo, aunque no así los estudios. En aquel momento crucial, se perdería prácticamente la última ocasión real de que España tuviera un arsenal atómico.

En junio 1973, Carrero Blanco es nombrado presidente del gobierno. Como hemos dicho anteriormente, Carrero Blanco era favorable al desarrollo de un arsenal atómico español, que librase a España del yugo de otras potencias como EEUU y permitiera defender territorios extrapeninsulares sobre los que Marruecos había fijado sus intereses -Canarias, Ceuta y Melilla- Pero además, también abogaba por el entendimiento con el mundo árabe, lo cual no era visto con buenos ojos sobre todo desde Israel.

Carrero Blanco se hace el duro con Kissinger y al día siguiente vuela en Dodge Dart.


Kissinger junto a Franco, en aquella visita. (Foto, ABC).

Para entonces, los norteamericanos estaban al tanto ya de las operaciones españolas en materia nuclear, y conocían bien el perfil de Carrero Blanco. Unos meses después de que este llegase a la presidencia del gobierno, el secretario de estado de EEUU, el judío-alemán emigrado a EEUU en su juventud Henry Kissinger. Durante su visita, el poderoso Kissinger se entrevistó con Franco -al que le quedaban menos de 2 años de vida- y con el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. También tendría una entrevista con el presidente Carrero Blanco, en la que, al parecer, éste le pidió a Kissinger garantías de que EEUU se alineara con España en caso de agresión marroquí a Ceuta, Melilla o Canarias. Kissinger rechazó tal propuesta, dejando clara la actitud real de EEUU. Si lo que se cuenta es cierto, quizá decepcionado por el desaire de Kissinger, Carrero Blanco le reveló las capacidades y los planes nucleares de España para defender sus fronteras siendo que no contaba con el apoyo norteamericano.

Recorte de ABC del 20 de diciembre de 1973.

De nada serviría este pequeño órdago. Kissinger abandonó España de inmediato, y al día siguiente (20 de diciembre de 1973) Carrero Blanco volaba por los aires, falleciendo como consecuencia del atentado terrorista del que había sido objeto. Años después, una nota de la agencia de noticias soviética TASS, contaba que, los servicios de inteligencia norteamericanos habían tenido parte activa en el atentado, de forma directa o indirecta, una información esta que Washington ha desmentido varias veces. Y tema este que daría para otro largo artículo.

El proyecto Islero más allá de 1975.

Con el asesinato de Carrero Blanco empezaba a morir el proyecto atómico español y el sueño de una España sin ataduras (al menos externas). Aún así, los sueños atómicos del proyecto Islero se resistían a morir, y sobrevivirían incluso a Franco. El gobierno de Arias Navarro continuó adelante muy en serio  con los trabajos, y se planeó un Centro de Investigación Nuclear, que empezó a construirse en Soria en 1977, pero que finalmente nunca se terminó. Y ello fue debido a que la administración norteamericana del presidente Carter descubrió que con aquellas instalaciones en funcionamiento España habría tenido capacidad para construir al rededor de 20 bombas atómicas al año. Aquello era inaceptable para los norteamericanos, que redoblaron sus presiones para que España aceptase que sus instalaciones nucleares fueran inspeccionadas por la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica), lo cual terminó sucediendo a partir de 1981.

Vista aérea del Centro de Investigación Nuclear en Soria. (Foto, El mirón de Soria).

Ya durante la democracia, el gobierno de Adolfo Suárez continuaba interesado en mantener el proyecto Islero en marcha, pero la llegada al poder del PSOE, la entrada en la OTAN y la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear, el proyecto Islero quedó oficialmente suspendido. Y por lo que respecta a la soberanía española, teóricamente muy perjudicada, ya que la OTAN no incluye a los territorios extrapeninsulares españoles, factor que da para pensar cuales son los hechos y cuales los auténticos resultados de la entrada de España en la OTAN, y los auténticos intereses de EEUU (e Israel) en España. 

A día de hoy nuestro país cuenta con capacidad de fabricar varias bombas atómicas al año si reactivase el programa nuclear, pero el panorama internacional y nacional hacen que esta posibilidad sea prácticamente imposible. Una vez más, lo que no se hace en su momento, parece avocado al olvido y a ser sepultado por las arenas del tiempo.

Bibliografía.

- La bomba atómica de España: Proyecto Islero. RNE

- Hemeroteca El Mundo.

- Hemeroteca ABC.

- Hemeroteca El Correo de Burgos.

- Hemeroteca El Mirón de Soria.

- Hemeroteca La Razón.

- Hemeroteca Diario 16.

- Hemeroteca El País.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Invasiones silenciosas, naves negras y cometas misteriosos

Hace un par de días, el misterioso visitante interestelar denominado como 3i/Atlas ha salido del perihelio, o lo que es lo mismo, de su travesía por el espacio más cercana al Sol. Desde los primeros días de su hallazgo por parte del sistema Atlas, y aún cuando no se sabía qué clase de objeto era, el grueso de la casta científica se ha afanado en ponerle la etiqueta de COMETA -así, en mayúsculas- en lugar de admitir tanto la ignorancia sobre lo que se había avistado, como la propia incapacidad de averiguar de qué se trataba, dejando pues de manifiesto la cerrazón supina, al menos de cara al público, de la ciencia actual.

Y de paso, me ha recordado esto a un episodio de la historia poco tratado o al menos no tan visto para el gran público. Ese episodio es el momento en el que Japón se abrió al mundo occidental después de varios siglos de política aislacionista, tumbando de un golpe el feudalismo japonés que se había prolongado hasta mediados del siglo XIX. Un momento, claro, que no fue ni elegido ni voluntario para los japoneses, todo lo contrario. Aquel aperturismo inesperado fue algo forzado contra la voluntad de los dirigentes y buena parte del pueblo nipón. Las islas japonesas llevaban cerradas a los occidentales (o casi, como veremos) más de 200 años en 1853, excepción hecha con los holandeses, que tenían un puesto comercial en la isla artificial de Dejima, en Nagasaki. El problema, había sido que los portugueses, que fueron los primeros occidentales que llegaron por aquellas tierras a hacer tratos, se propusieron también extender la religión católica por aquella parte del mundo.

Ilustración de la isla artificial de Dejima, en la bahía de Nagasaki, con la bandera holandesa ondeando.

Y aunque la cosa empezó de forma más o menos pacífica, y la religión católica ganó adeptos de forma progresiva, con el tiempo terminaron por surgir recelos entre la clase dominante. Así, en el siglo XVII estalló una rebelión popular de corte cristiano contra el daimyo (señor de la guerra local) de la región de Shimabara, que fue brutalmente reprimida con el apoyo de los holandeses -que deseaban ocuparse de las operaciones comerciales por allí en lugar de los portugueses-. De hecho, los señores de la guerra japoneses sospechaban que los portugueses (con España indirectamente también en el ajo) habían apoyado la revuelta, así que decidieron expulsarlos de sus sagradas islas, cerrando sus fronteras a las influencias occidentales, iniciando la política de estado cerrado, que se conocería como "Sokaku".

Los holandeses, en el mejor momento de su historia, quedaron allí como la única potencia extranjera occidental, con el único interés de comerciar, no como sus rivales portugueses, que además pretendían exportaban la religión católica. Ya en el siglo XIX, el rey Guillermo II de Holanda, trató de extender el comercio holandés por todo el territorio japonés, sin embargo la idea fue rotundamente rechazada por los nipones. En este momento, mediados del siglo XIX, todavía continuaba el shogunato de Tokugawa, vigente desde hacia 3 siglos. El shogunato, era resumidamente el gobierno de un caudillo militar hereditario (shogun) presuntamente nombrado por el emperador, que era una figura prácticamente simbólica. De hecho, los portugueses comparaban al emperador japonés con un papa, con poderes meramente estéticos. No mucho después de la propuesta holandesa, llegaría otro intento de abrir Japón, de más allá del océano.

Tokugawa Ieyoshi, shogun en la época de la llegada del comodoro Perry a la bahía de Edo.

Los gobernantes japoneses, eran en suma, y hablando claramente, una serie de gangsters y terratenientes temerosos del mundo exterior, que sabían muy bien lo que estaba sucediendo en otras partes de Asia, mientras tenían sumido al pueblo en una prolongación de la Edad Media, en la que ellos seguían teniendo el poder y el control omnímodo. La información que tenían los miembros del bakufu (el gobierno del shogun) hablaba de que los rusos se acercaban cada vez más en dirección a Corea a través de Siberia, que los británicos habían subyugado a la celestial China a base de opio y habían establecido colonias en otras partes de Asia, y que los holandeses también aumentaban su poder por el sur. Así, que en general, las islas japonesas estaban quedando cercadas de puestos "bárbaros" como llamaban a los occidentales y en peligro más que real de ser también colonizadas por los "nanban" (palabra con la que hacían referencia a portugueses y españoles, por extensión a todos los "bárbaros" occidentales. Realmente nanban significa "bárbaros del sur", que era por donde llegaban los barcos de los portugueses y otras naciones).

Ilustración japonesa de los "negros navíos" de los norteamericanos.

La decisión del gobierno de señores de la guerra japoneses fue la de continuar con el aislacionismo, a ultranza, casi ignorando -o sin casi- lo que sucedía en el mundo exterior, dejándolo correr, con la esperanza de que pasara de largo sin causar problemas. Hay que tener en cuenta que ellos eran samurais, guerreros de una larga estirpe de descendientes de otros guerreros, muy orgullosos y dispuestos a cometer sepukku haciéndose el hara-kiri si era necesario, y que no iban a asustarse fácilmente. Mejor eso, claro, y mantener las viejas estructuras de poder, y el orden social que llevaban manteniendo tantos siglos que enfrentarse a una modernización en la que quizá no toda la élite de entonces encontrase cabida. Aferrándose así como fuera a lo único que habían conocido siempre

Fotografía del comodoro Mathew E. Perry.

Pero, un buen día, concretamente el viernes 8 de julio de 1853, aparecieron 4 grandes, oscuros y modernos barcos de guerra en la bahía de Edo (actual Tokio), con tan malos augurios para el shogunato Tokugawa, como parecía. Los navíos japoneses, tipo junco, de vela, poco podían compararse con aquellos barcos de vapor, con chimeneas que lanzaban negras volutas de humo al aire del carbón empleado para mover sus maquinas, haciéndolos independientes del viento y las corrientes, y bien armados con modernos cañones. La poco pacífica visita venía del otro lado del océano Pacífico, desde EEUU, y los barcos venían al mando del comodoro Mathew E. Perry, cuyo objetivo era forzar a los japoneses a abrirse al exterior. Los japoneses primero rechazaron tratar con el, la respuesta del comodoro Perry fue la de que arrasaría Edo a cañonazos si no le dejaban atracar allí y hacer entrega de la misiva del gobierno de los EEUU. Las cosas han cambiado poco o nada desde entonces, las cosas al final en política internacional siempre se arreglan a base de demostraciones de fuerza (es decir, a ver quien la tiene más grande, o a base de ostias si hace falta).

Fotografía coloreada de las últimas tropas samurais, pocos años después de la primera visita de Perry. En poco tiempo serían sustituidos por soldados

Y poco más hace falta ya decir. La Edad Media japonesa, así llamada de forma muy bruta, se terminó por el contacto de unos gangsters con el de otros gansters que tenían la escopeta más grande. La era de los shogunes, daimyos y samurais tocaba abruptamente a su fin así. Pero la moraleja es que el aislacionismo a ultranza, y la política de quedarse recluido dentro de las fronteras de los dominios de uno mismo, es algo tan voluble como la protección que nos podría dar una cortina de humo.

Por lo del 3i/Atlas, del que la información va llegando a cuentagotas y su relación con toda esta aventura japonesa, la relación para los más observadores, o conspiranoicos puede parecer cierta o lejanamente evidente. El 3i/Atlas es un objeto interestelar detectado en julio de 2025, que viene de fuera del sistema solar (de ahí interestelar). Y por ponerle un nombre le han llamado "cometa" desde el principio de su descubrimiento, parece que por falta de otro nombre, por no admitir la incapacidad para saber lo que era, o por la incapacidad de reconocer la propia ignorancia.

Pero la ciencia, no es aquello que nos dicen unos señores vestidos de traje y corbata. Y ya está. No. La ciencia es la búsqueda de la verdad, del conocimiento, y de ser cada día menos ignorantes. Claro está, que si no se acepta la ignorancia sobre algo, es imposible que alguna vez se deje de ser un ignorante. Porque no hay cosa más ignorante, que aceptar sin reservas lo que alguien que se presenta como superior a nosotros nos dice como que si fuera la verdad absoluta. Eso, no es ciencia, es FE, que precisamente es lo más radicalmente en contra de la ciencia.

¿Qué será ese cuerpo interestelar detectado? Pues no lo sabemos, lo más probable es que nunca se sepa. Pero, ¿y si de repente fuera una negra nave y se acercase a la tierra? ¿pasaría lo mismo que con los samurais y los yankis?


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Bibliografía:

- Breve historia de Japón, Mikiso Hane, Alianza Editorial. Madrid 2003.

- La creación de Japón, 1853-1964, Ian Buruma, Mondadori. Madrid 2003.

sábado, 20 de septiembre de 2025

El proyecto Horizon: la base militar norteamericana en la Luna.

"Marzo de 1966. Doce soldados norteamericanos equipados con escafandras se mueven suavemente sobre la superficie de la Luna a bordo de un vehículo grúa especial, levantando a su paso, en ocasiones, tenues volutas del sustrato lunar. El vehículo, transporta el primero de los dos contenedores cilíndricos que han de ser instalados y que son cruciales para la operación. Uno de los individuos de la misión -aún altamente secreta para el gran público- lleva un mapa plastificado de la región del satélite en la que se encuentran, con unas indicaciones en rotulador permanente rojo, y con un gesto, indica al piloto que su objetivo se encuentra al dar la vuelta al siguiente cráter. Han llegado al lugar donde deben empezar a ensamblar las piezas del primer reactor nuclear de la base avanzada del ejército de Estados Unidos en la Luna."

Concept art de la base lunar norteamericana, una vez en funcionamiento.

Este podría ser un fragmento de una novela de ciencia ficción más o menos simple, pero lo cierto es que no estuvo muy lejos de ser un suceso real. Allá por finales de la década de 1950 y primeros años de la década posterior, las tres ramas de las fuerzas armadas de EEUU estaban estudiando la posibilidad real de instalar una base en la Luna. Y lo cierto es que llegaron a la conclusión de que la presencia militar norteamericana estable en la Luna era algo posible, aún con la precariedad de la tecnología que existía en un año tan temprano como 1958.

El año en cuestión 1958 no es algo aleatorio, si no que fue el año de fundación de la NASA, la agencia espacial estadounidense de carácter civil, pero sobre todo de la irrupción del Sputnik soviético en la órbita terrestre. Hasta entonces, habían sido los militares los que se habían encargado de los asuntos espaciales en EEUU. La presencia soviética en el espacio espoleó a Washington para la creación de la NASA a finales de ese año, un tanto en detrimento del programa espacial militar, que sin embargo nunca desapareció. La respuesta de los militares estadounidenses al Sputnik, no fue pensar en lanzar otro satélite, poner animales en órbita, humanos, o visitar la Luna. Directamente fue la de establecer una base permanente en el transcurso de un plazo inferior a una década.

Portada del estudio del proyecto Horizon.

El proyecto fue bautizado como "Proyecto Horizon" y recibió la calificación de "secreto". El proyecto se justificaba asegurando que se requería una base lunar para proteger los intereses norteamericanos en el satélite, entre otros avances técnicos, científicos e incluso militares en el espacio. Se establecía que la base debía ser autosuficiente -obviamente-, dotada del equipamiento necesario para su sostenibilidad, con una cifra de personal adecuada que oscilaría entre 10 y 20 miembros.

Se preveía que los primeros aterrizajes humanos en la Luna llegarían allá por la primavera de 1965, y que la base podría comenzar a funcionar en algún punto de 1966, ya con 12 soldados ocupando la base. Sucedería que como sabemos, el Apolo XI no llegaría a la Luna hasta 1969, así pues parece que los militares estaban siendo más que optimistas.

Región lunar que se había estimado como conveniente para la ubicación de la base.

El programa de instalación de la base debía comenzar en 1962, con la exploración de la superficie de la Luna y su entorno para encontrar el lugar idóneo para la ubicación de las construcciones. De ahí hasta 1964 comenzarían a enviarse desde la superficie de la Tierra misiones para el envío de 6 satélites artificiales que orbitarían la Luna, y otras misiones de apoyo. En 1965, los envíos de los materiales de construcción debían comenzar, hasta completar las 250 toneladas estimadas de elementos necesarios para la construcción de la base. En total, pensaban que serían necesarios unos 147 lanzamientos del Saturno A1, y otros futuros del Saturno A2 (versión mejorada del A1 que nunca llegó a usarse) para los vehículos tripulados.

Vehículo de aterrizaje y despegue lunar planteado.

Primeramente llegarían a la Luna 2 soldados, que de haberse cumplido los planes militares, habrían sido los primeros hombres en la Luna. Después, llegarían otros 9 más, que deberían llevar a cabo el ensamblaje de la base en un plazo máximo de entre 15 y 30 días. Entre tanto, estos hombres deberían vivir en el propio vehículo en el que habían aterrizado. Los módulos de la base se habían pensado como piezas con forma de cilindro, que debían tener condiciones similares a las de la Tierra en su interior, y que debían ser además cubiertos con al menos 1 metro de regolito lunar con la ayuda de uno de los vehículos especiales que se incluían en la misión -uno de construcción y otro de transporte-.

Croquis del mapa de la base, una vez en funcionamiento.

Este equipo avanzado debía instalar además, y muy importante, dos reactores nucleares que debían suministrar la energía de la base, directamente en la superficie lunar, enterrados en algún cráter. Otro de los elementos indispensables era evidentemente el agua y la comida. Para el agua planteaban aprovechar la condensación de la atmósfera lunar que fuera posible, y reciclar la orina de los habitantes de la base entre otras ideas. Para la comida, aunque estaba previsto enviar raciones precocinadas, también se estudiaba la posibilidad de cultivar algas, y otros elementos e incluso el envío de animales vivos a la base, como gallinas.

Croquis de una sección de los módulos habitables.

Los trajes espaciales parecían sacados de los destiltrajes de la saga de Dune, puesto que para ahorrar agua estaban diseñados para almacenar la orina y heces de los astronautas, para reciclar el agua.

Detalle del estudio para los trajes lunares. Desconocemos la idea de los "patines de hielo"

La defensa de la base tampoco se había olvidado. Puesto que los soviéticos podrían andar estudiando la misma idea, la base norteamericana estaría dotada de lanzacohetes con cabezas nucleares tácticas (conocidos como M28 - M29 Davy Crockett), y con minas antipersona Claymore, en versión espacial para agujerear los trajes espaciales del enemigo. Ciertamente, los soviéticos estudiaron años después la posibilidad de una base en la Luna dentro del proyecto Zvezda, pero también acabaron por abandonar la idea.

No parecía que los riesgos técnicos humanos o técnicos amedrentasen a los militares norteamericanos. Lo que si lo hizo, y seguramente fue lo que llevó al presidente Eisenhower a cancelar el proyecto eran los estratosféricos costes de la operación. Unos seis mil millones de dólares de la época -más o menos unos cincuenta y tres mil millones o más de 2025- era la inversión estimada para la puesta en marcha de la base lunar. Más luego claro, al rededor de setecientos millones de dólares de costes anuales de mantenimiento. En la época el presupuesto de defensa norteamericano rondaba los treinta y nueve mil millones de dólares (hoy asciende a más de trescientos mil millones). Aunque parezca asumible, la base lunar habría sido sin duda el gasto más importante de la partida de defensa norteamericana.

¿Veremos algún día al menos una nueva misión tripulada a la Luna?


Fuentes:

Secrets from the Black Vault, John Greenewald Jr.

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/0094576588901944?via%3Dihub

https://www.defensemedianetwork.com/stories/an-army-base-on-the-moon/

https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB479/docs/EBB-Moon01_sm.pdf



miércoles, 5 de febrero de 2025

La Edad de Oro del software español -¿De oro? ¿español?

Comprar un programa original se ha convertido en símbolo de estupidez. - Gabriel Nieto, director de Topo Soft (Micro Hobby nº209, Abril 1991).

Al mirar al pasado desde la lejanía del futuro presente, a veces, con el pasar de las páginas del tiempo parece que algunas cosas no son lo que parecían. El mundo de los videojuegos no es un escenario ajeno al juicio de las décadas, y con la emulación -que resumidamente de forma bruta, es hacer funcionar programas antiguos en sistemas actuales- es posible hacer un recorrido a un golpe de vista de multitud de juegos de épocas pasadas en diversas plataformas en cuestión de minutos. Imposible de hacer esto, por ejemplo, en 1987, a no ser que fueras un privilegiado. Esto nos proporciona una imagen comparativa de lo que fue una realidad difusa entonces.

En el caso del que suscribe, uno tuvo un Spectrum por aquellos años (concretamente un 128K +2A), en el último periodo de la llamada "Edad de Oro". Lo cierto es que para cualquier joven aficionado español de aquellos años, ver videojuegos hechos en España, como era el caso de todas aquellas magníficas marcas -Dinamic, Topo, Zigurat, Opera...- suponía un plus inmediato. Generalmente, en aquellos días casi nadie sabía demasiado inglés y menos si todavía no tenías pelos en la barba, con lo cual, que dichos videojuegos estuvieran en nuestro idioma suponía un valor incomparable frente a otros. Además, con personajes al estilo de los cómics hechos en nuestro país, y con espectaculares carátulas creadas por el infravalorado Alfonso Azpiri, el reclamo era inmediato.

Sin embargo, todo aquello, todas aquellas firmas españolas tan entrañables, desaparecieron casi de un día para otro, sin dejar casi ni rastro en el panorama del videojuego. Un misterio inexplicable, o casi. Con la popularización de las videoconsolas (NES, Master System, Megadrive...), los ordenadores de 8 bits como el Spectrum -cuya vida comercial había sido prolongada en España más allá de lo imaginable- pasaron a acumular polvo.

Con la retrospectiva actual, uno sondea el pasado con mirada crítica, y a veces demasiado cítrica, y aunque todos aquellos juegos, siguen en un lugar destacado y con cariño de los mejores recuerdos, lo cierto es que a vista de hoy destacan algunos puntos oscuros y criticables, de todo aquello, que de todo tuvo.

Es muy interesante volver al citado número de Micro Hobby, de abril de 1991, en la entrevista a los representantes Dinamic, Ópera, Topo y Zigurat, que para mayor curiosidad puede encontrarse fácilmente en internet. En aquellas páginas se destacaba como la piratería era "el gran enemigo del software español". En no pocas ocasiones se ha citado al rastro madrileño como pozo de piratería informática, (por ejemplo en el documental "¡No nos gusta el Capitán Morcilla!, La edad dorada del software español", de 2015). Debió ser un lugar evidentemente peculiar donde comprar videojuegos, y a día de hoy de obligada visita, pero no todos vivimos en Madrid, ni España es solamente Madrid.

De hecho, jamás he visto un solo casete pirata de Spectrum. Lo que si he visto en cambio, han sido multitud de clones sin licencia de todas estas compañías hechas sobre otros videojuegos (Mad Mix Game, por ejemplo) o de videojuegos hechos sobre películas de la época igualmente sin licencia (La Abadía del Crímen, El misterio del Nilo, sin perjuicio de lo dicho, ambos dos auténticas joyas). Quiero decir con esto, que dudo mucho que la piratería fuese un problema definitivo, y que fuera del ámbito del citado rastro madrileño, solo se compraba software original.


Misterio del Nilo Spectrum.

Misterio del Nilo MSX.

También, siguiendo el mismo interesante artículo de Micro Hobby, las firmas españolas se quejaban de que existían demasiados formatos, es decir, lo que ahora llamaríamos plataformas como Play Station, Xbox, etc. Hay que recordar que en la época coexistían diversos microordenadores incompatibles entre ellos, como el Spectrum, Amiga, Commodore, MSX, Amstrad,  PC... constituyendo pues cada uno un segmento de mercado. Y aunque el Spectrum tenía un encanto especial, lo cierto es que era seguramente el más limitado y anticuado  -a pesar de sus sucesivas versiones- Para todos ellos, las compañías españolas trataban de lanzar sus títulos, y obtener así cuota de mercado.

Al comparar las versiones existentes de los mismos juegos entre diferentes emuladores, podemos comprobar que en no pocas ocasiones, solo se trataban de versiones de de Spectrum portadas para MSX, para Amstrad con algún color de más, y así sucesivamente, con alguna salvedad en Amiga o Atari ST. ¿Qué pensaríamos hoy si alguien nos estuviera vendiendo un juego de Play Station 2 para Play Station 5? Seguramente todos podemos coincidir en la respuesta.

Revistas españolas como Micromanía o Micro Hobby eran un excelente apoyo promocional para el software español, aunque es cierto que en las últimas épocas, algún que otro lanzamiento fue criticado -extrañamente- con cierta dureza, como sucedió en el nº213 de septiembre de 1991 con Desperado 2, de Topo Soft, del cual unos meses antes habían publicado un abundante artículo especial sobre su desarrollo. Personalmente tuve aquel juego y me parecía bastante bueno, de hecho a día de hoy sigue pareciéndome muy correcto para el nivel del Spectrum.

Desperado 2 Spectrum.


En resumen, por unas u otras razones estas compañías fueron incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos y tecnologías, presos de la rentabilidad que otorgaba el Spectrum en la creación de programas. Hacerlos en plataformas de 16 bits suponía un mayor coste, y aunque Dinamic lanzó algunos como Navy Moves, o Army Moves, en 16 bits, lo cierto es que aunque gráficamente eran vistosos, comparados con la calidad de juegos hechos en otros países para Amiga o Atari ST, los de Dinamic no salían muy bien parados. Claramente fuera del Spectrum o Amstrad, no existió ninguna edad dorada en España. Ya no hablemos de las conversiones a MSX, tremendamente decepcionantes y que no aprovechaban nunca la capacidad del sistema japonés.

Army Moves PC


Army Moves Spectrum

Army Moves Amiga

Más allá de nuestras fronteras, los videojuegos españoles se vendían, por ejemplo, en Reino Unido como "budget", o lo que es lo mismo, juegos baratos a menudo con el sello de otras compañías, como Firebird, que comercializó El Misterio del Nilo por allí -eso sí, cambiando el gráfico del personaje que correspondería a Michael Douglas, por si había algún problema-. Es cierto, que por ejemplo Topo Soft, logró la licencia para hacer un videojuego basado en la película Gremlins 2: La nueva generación. Esto suponía una oportunidad para hacerse algo de nombre en Europa, pero sin embargo fue Elite quien comercializó Gremlins 2 fuera de España, y quien también se encargó de hacer la versión de 16 bits. Inexplicablemente Topo hizo su trabajo en 8 bits y ya.

En general hubo algunos cuantos varios juegos, pero aunque estuvieran bien ideados, realizados, etc, casi todos -por no decir todos- tenían una dificultad tan sumamente endiablada, que uno los acababa abandonando sin terminar, o sólo era posible terminarlos con "pokes" y cargadores, que servían para tener vidas infinitas y cosas así. Es decir, la post producción, las pruebas y demás, eran bastante mediocres en los juegos españoles.

Así pues, Gremlins 2 fue la única licencia de una superproducción cinematográfica obtenida por una compañía española. El videojuego, aunque cuidado, no pasaba de ser un arcade de avance horizontal, donde había que matar enemigos y poco más. Aunque había buenos juegos, había también mucho relleno, a parte de las conversiones igualmente "de relleno".

Gremlins 2 Spectrum.

Con este panorama resultaba muy complicado que con el salto tecnológico del mercado las compañías españolas lograsen sobrevivir. Así pues, en fecha tan tardía como abril de 1991 (la defunción oficial puede situarse en 1992, con el fin de Micro Hobby), todavía estuvieran culpando al rastro de la capital como el origen de todos los males de la decadencia que paulatinamente y de forma inexorable iba asomando las orejas. La culpa la tenían otros, claro.

Portada con la que moría Micro Hobby y con ella toda una época.

Resulta igualmente injusto que se siga hablando de edad dorada del software español y que nunca se cite una empresa que sigue funcionando de una u otra forma hasta día de hoy (Radikal Darts), y que si que produjo juegos que tuvieron alcance internacional como World Rally y otros. No fue otra que la barcelonesa Gaelco, fundada en 1985 y que se centró en las recreativas -las de meter 5 duros-, y de la que nadie se acuerda cuando se habla de la "Edad de Oro". Curiosamente Gaelco intentó relanzar PC Fútbol a mediados de los dosmiles.

World Rally de Gaelco, el famoso juego de "Carlos Sainz" (que al final no fue).


Por ello, ¿fue una edad dorada? o ¿solo una en la que se publicaban juegos españoles? Si no incluimos a Gaelco, ¿es tan solo una edad dorada madrileña?

Cada uno tendrá su crítica, pero las mías son estas. Todo fue un maravilloso pelotazo de postadolescentes, que un día se pusieron a hacer juegos. Sin duda para ellos fue una edad dorada, eran jóvenes y de repente veían llegar billetes, y para nosotros algunos tiernos infantes, era obviamente una edad dorada también por ese mismo motivo. Pero a día de hoy podemos juzgar con otro prisma.

De paso me animo con mi top 10 de videojuegos españoles:

1- Goody

2- El Misterio del Nilo

3- La aventura original

4- Stardust

5- Curro Jiménez

6- Mortadelo y Filemón

7- Metropolis

8- Desperado 2

9- Duck Out

10- Blackbeard

BIBLIOGRAFÍA.

- Computeremuzone

- Micro Hobby, nº209, nº213

El extraño caso del efecto Mandela.

La primera vez que tuve conocimiento del llamado efecto Mandela, fue viendo la mítica serie Expediente X. Concretamente aparece en uno de lo...