jueves, 13 de abril de 2023

La misteriosa desaparición de Megumi Yokota

Fotografía de Megumi, hecha en Corea del Norte, en 1978.

DESAPARECIÓ SIN DEJAR RASTRO

Las piedras de una playa de la prefectura de Niigata -en la costa oeste japonesa- se mojaban con el compás de las olas, mientras, el oscuro mar del Japón se fundía en el horizonte con el cielo gris, y algunas gotas fugaces de lluvia fría que empezaban a caer. Pero el clima desapacible de noviembre no fue impedimento para que Megumi de 13 años, que volvía a casa después del colegio se acercase al agua. Seguramente, después se arrepentiría de ello el resto de su vida, recordando cuántas veces le habían avisado de que no se quedase por aquellos lugares sola, y que fuese directa a casa.

En la playa debió de encontrarse con alguien a quien no le agradaba la intromisión de un visitante inesperado, fuese quien fuese. Aquel o aquellos individuos, de paso debieron pensar en matar dos pájaros de un tiro, aunque en este caso, no matarlo, si no llevárselo para meterlo en una jaula. Un trabajo redondo, un plan sin fisuras para un agente extranjero sin escrúpulos que en otras ocasiones ya había hecho trabajos semejantes. Sería la última vez que Megumi vería Japón, arrancada de su tierra y de su familia para siempre.


Varias vistas del aspecto de la zona costera de la prefectura de Niigata, donde desapareció Megumi.

¿TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN?

La tarde del 15 de noviembre de 1977, Megumi Yokota, una niña de 13 años desapareció sin dejar rastro. En aquellos años se habían producido varias desapariciones de ciudadanos japoneses en suelo japonés y en el extranjero (hubo dos casos en 1980 en Madrid). Se perdía la pista de aquellas personas, sin dejar rastro, aunque los rumores apuntaban a que un país extranjero estaba detrás de todo aquello, y que todo respondía a un plan de secuestros organizado, concretamente desde Corea del Norte.

Sin embargo, esta idea era negada tajantemente por Corea del Norte, y se la etiquetaba como una "teoría de la conspiración", negada también por el Partido Socialista Japonés y por la organización conocida como "Chongryon", asociación de ciudadanos coreanos en Japón, favorable a Corea del Norte -Japón no mantiene oficialmente relaciones diplomáticas con Corea del Norte-.

 

Imagen de la sede del Chongryon, la asociación de coreanos en Japón, que hace las veces de embajada oficiosa de Corea del Norte en el país nipón.
 

La familia de Megumi y las de otros desaparecidos trataron insistentemente que el gobierno japonés tomase alguna medida, sin éxito, puesto que durante más de 20 años, la postura oficial fue la de negar que se tratase de secuestros. En 1997, los acontecimientos darían un giro y sería Pyongyang quien hablaría sobre el asunto. Al parecer, alguien se había puesto en contacto con miembros de la Dieta (el parlamento japonés) suministrando información. Megumi había fallecido unos años antes, en 1994. En 2002, las propias autoridades norcoreanas admitieron el asunto de los secuestros y enviaron los restos de Megumi a su familia. Sin embargo, los análisis de ADN no pudieron confirmar la autenticidad de los restos, por lo que la familia continúa creyendo que quizá, Megumi pueda seguir con vida.

Lo cierto, al final, era que las ridiculizadas ideas de que todo eran fruto de secuestros orquestados por los norcoreanos, ni eran ridículas, ni eran teorías de la conspiración.

LA VIDA EN COREA DEL NORTE

Pero, ¿qué pasó con Megumi en Corea del Norte después de su secuestro? Se rumorea que Megumi se topó la playa con un conocido agente norcoreano,  Sin Gwan-su, que regresaba de alguna operación encubierta en suelo japonés. De este modo, fue secuestrada y llevada en un bote hasta un submarino que luego cruzó el mar del Japón hasta la península de Corea.

Fotografía del agente norcoreano Sin Gwan-su, en la década de 1980.

Una vez en Corea del Norte, Megumi fue internada en unas instalaciones donde coincidió con dos surcoreanos que habían sido igualmente secuestrados aquel año, de 16 y 18 años respectivamente. Allí, aprendería coreano, y con el tiempo sería asignada a una universidad donde enseñaría japonés y todo lo necesario para formar a futuras espías norcoreanas en Japón. En 1986 Megumi se casó con uno de los surcoreanos que había conocido al llegar a Corea del Norte, Kim-Young-nam, con quien tuvo una hija. 

EL DESTINO DE MEGUMI

En 2006, los familiares de Kim-Young-nam en Corea del Sur, pudieron visitarle, como parte de las visitas entre países que a veces se llevan a cabo. En aquella ocasión, Kim aseguró a sus familiares que Megumi se había suicidado realmente, después de una enfermedad mental y varios intentos de suicidio anteriores, y que los restos enviados a Japón en 2004 pertenecían realmente a Megumi. Los familiares de Megumi, en cambio, tampoco creyeron esta versión, argumentando que en ningún caso el Kim -que había vuelto a casarse- podía hablar con libertad.

Los padres de Megumi Yokota conocieron a su nieta en Mongolia, Kin Eun-gong, junto con el hijo de esta. -Corea del Norte no admitía que esta visitase Japón, ya que en casos anteriores, como era lógico, los secuestrados no habían querido regresar con sus secuestradores norcoreanos-

A día de hoy sigue sin saberse si, realmente Megumi falleció o no en 1994. El padre de Megumi, Shigeru Yokota, falleció en 2020, probablemente con la esperanza de que su hija continuase viva y que algún día regresase a Japón.

Oficialmente, de los 17 secuestrados japoneses reconocidos por Corea del Norte, solo regresaron 5, a los que se les permitió visitar Japón a cambio de regresar a Corea. Del resto no se tienen noticias o se les ha dado por fallecidos. Corea del Norte ha secuestrado personas de otros países, incluidos ciudadanos de la Unión Europea, sin embargo la mayor cantidad de secuestros se ha llevado a cabo en Corea del Sur, donde la cifra se acerca a los 300, y en algunas zonas fronterizas a China.


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