martes, 10 de septiembre de 2024

Tánger: la única ciudad ocupada por España en la Segunda Guerra Mundial.

Por alguna razón, la historia oficial u oficiosa ha ignorado siempre un episodio interesante de la historia de España durante la Segunda Guerra Mundial, que vive a día de hoy en el más profundo de los ostracismos. La participación española en la conflagración bélica mundial de 1939 a 1945 se resumió en el juego diplomático y en el envío de la División Azul para combatir contra la URSS. Sin embargo, en el primer estadio del conflicto, España se lanzó a la aventura militar, ocupando Tánger en 1940.

Mapa del protectorado español en Marruecos. 

Aún así, la cosa no fue algo tan dramático como parece. España llevaba reclamando desde 1909 que Tánger pasase a formar parte del territorio español. Recordemos que la franja del norte de Marruecos -donde se encuentra Tánger- formaba parte del protectorado español en aquel lugar. Aún así, el enclave tenía un statu-quo desde 1928, cuando fue declarada "ciudad internacional", con un estatuto autónomo propio, garantizado por Gran Bretaña, Francia, España e Italia, que ejercían como administradoras -aunque en la gestión de la ciudad había otros representantes de otras naciones-. El estatuto incluía una cláusula en la que se registraba que, si cualquiera de estos países entraban en guerra, debía de retirarse de la administración. Así pues, allá por junio de 1940, casualmente, Gran Bretaña y Francia, estaban en guerra. Con los primeros rumores de que Italia iba a sumarse a Alemania contra Francia, el ministro de asuntos exteriores español, Juan Beigdeber, contactó con los franceses. La idea era que una fuerza conjunta hispano-francesa se encargase de la seguridad de Tánger. Los franceses, en cambio, más preocupados de frenar la invasión alemana, aceptaron que la fuerza de ocupación de Tánger fuera únicamente española.

Calle de Tánger, alrededor de 1935. (Foto: Willem van de Poll).

La noche del 14 de junio de 1940, unos 4.000 hombres integrados en dos regimientos de regulares marroquíes españoles (Mehal-la nº1 y nº3), más servicios de apoyo de artillería del regimiento nº30 y transmisiones ocuparon Tánger sin incidentes. La prensa española celebró el hecho de forma enfervorecida, como una conquista destacable. Parecía el preludio de la inminente entrada de España en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias afines a los alemanes, y un prólogo del expansionismo español a costa de los franceses en África.

Una intrincada calle de Tánger, alrededor de 1935. (Willem van de Poll).

Recientemente, el régimen franquista había celebrado otro éxito, recibiendo 5 camiones con 36 toneladas de oro que el gobierno del Frente Popular había depositado en Francia y que este país resolvió en devolver a Madrid. Ahora, en las calles de Madrid se celebraba la ocupación de Tánger, y se fantaseaba con nuevas hazañas bélicas como el regreso de Gibraltar a territorio patrio.

Sin embargo, la ocupación de Tánger no significó nada más que una pacífica ocupación de la ciudad internacional, como estipulaba el estatuto, al cual regresó una vez terminada la guerra.


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