domingo, 15 de marzo de 2020

Diario de Alarma, Día 1

DÍA 1. EL PÁNICO.

Como todos sabemos, ayer se anunció el Estado de Alarma, por el COVID19 (Coronavirus) en España, que está sembrando el país de miles de casos de contagios por este "nuevo" virus que ha llegado desde Wuhan en China hasta Asturias, pasando por Milán, Valencia y Madrid, un viaje iniciado en Diciembre de 2019. Por el momento, según fuentes oficiales hay en Asturias unos 100 casos, de un total de más de 5.000 en toda España. Habrían aumentado en las últimas horas -según rumores, que en estos casos abundan más de la cuenta- desde los 80 y pico que había ayer hasta los alrededor de 100 de hoy debido al éxodo que se produce desde Madrid a otras partes.

Así que para matar el aburrimiento me he decidido a iniciar en mi blog literario, al que debería darle un poco de vida, este pequeño "Diario de Alarma", para ir recogiendo las impresiones o anécdotas que vayan surgiendo, y se puedan contar.

Esta semana fue de pánico, de menos a más. El Lunes, aunque ya había algún caso confirmado en Asturias, pongamos al rededor de 20, más o menos, aún lo veíamos lejano. Pero, esa misma tarde, entré en una tienda de chinos, y vi al dueño -chino- con mascarilla, y detrás de una pantalla de plástico. Ahí ya me empecé a preocupar algo. Al día siguiente -Martes- al ser preguntada la dueña de otro bazar chino, que porqué llevaba mascarilla, respondió tan campante que "tenía alelgia palomas". Que majos los chinos, ¿a que si? compartiendo lo que ellos sabían y nosotros parece ser que no, sobre lo que iba a pasar en breve. Buenos vecinos, si señor.

El caso es que todo parecía que iba como una hipocondría colectiva, sin más, hasta que llegó el Jueves. Ese día ya si, empezó el origen del pánico, PÁNICO.

Días antes, ya por precaución traté de conseguir sin éxito alguno mascarillas... 2 semanas atrás ya estaban agotadas. El líquido desinfectante para las manos a precio de oro, y con ello pensé "voy a hacer líquido desinfectante casero", el cual hice el Miércoles. Pongo a continuación mi receta. NO RECOMIENDO QUE LO HAGAS!, no está probado en suficientes personas como para no asegurar que no causa irritación.

- 1/3 de gel puro de aloe vera
- Resto del envase, alcohol 96º
- Se puede añadir colonia fresca, aunque ya huele bastante bien con tan pocos componentes.
- Agitar enérgicamente para mezclar, luego dejar reposar. Saldrá poso al mezclar el gel con el alcohol. Lo mejor que comprobé, es dejarlo 24 horas reposando. Ok, esto quizá no sea posible si se necesita, con unas horas sirve. Saldrá un residuo blanco parecido a chicle, pero no pasa nada, se quita y se tira y ya.

Volviéndo al Jueves. ¿Porqué el Jueves?, básicamente por la razón de que en Asturias fue el día en el que se anunció que los colegios y los centros educativos se iban a cerrar a partir del Lunes siguiente. En Madrid, ya se habían cerrado, claro. Aquí, no. El Jueves por la mañana el ambiente ya era RARO RARO. Menos gente por la calle, la conversación era ÚNICA, solo se hablaba del virus, virus, virus... los autobuses iban más vacíos que de costumbre. Parecía que se esperaba algo, como una invasión. O como quien espera parapetado detrás de algo, la embestida de algún bicho desconocido. La gente empezó a arrasar supermercados y algunas cosas desaparecieron ya desde por la mañana. Jabón de manos, alcohol, algunas marcas de leche y galletas, guantes de latex, y cosas así.

Luego por la tarde, el presidente Pedro Sánchez, nos metió miedo, y el Viernes, anunció, que probablemente el Sábado se declararía el Estado de Alarma, que viene recogido en la sacrosantísima Constitución Española. Así, con este maravilloso miedo progresivo, muchas personas abandonaron sus residencias habituales, para irse a lugares tranquilos, o presuntamente tranquilos. El resultado es que ahora estamos todos en cuarentena.

Así que, la normalidad, acabó ayer cuando me fui a dormir. Si porque, aunque a pesar del miedo que se extendió vació un poco de gente las calles, por la noche, la sidrerías estaban abiertas, con gente cenando y tomando sidra tranquilamente.

6:00 y un poco de la mañana. Me desperté. No, no fue por nada emocionante, es que tenía ganas de ir al baño -no quería poner mear, para ir de gracioso pero bueno, el estrés me hace ser así- Cuando volví a la cama, mirando el techo me di cuenta del silencio. En mi calle siempre hay ruidos, de coches, de gente, da igual la hora. Y además hay un supermercado, con lo que bien temprano, aunque sea Sábado, hay ruidos. Furgonetas, y camiones que vienen a descargar mercancía.

PERO, nada. Hasta las 7:00 de la mañana más o menos, lo único que pude escuchar fue un perro. Unos ladridos lejanos. Al llegar las 8:00 me di cuenta de que, las furgonetas y los camiones seguían sin aparecer.

Creo que nunca tuve una sensación de miedo tan grande como esta mañana. Sabía que los estantes vacíos del supermercado no iban a reponerse, y eso no significa nada bueno.

Temprano en el supermercado, más gente llenando bolsas. La comida no escaseaba pero los estantes vacíos... la cola en la caja, y un perro que estaba atado fuera ladrando con nerviosismo como si entendiera que algo raro fuera de lo habitual estaba pasando, me pusieron aún más nervioso.

A partir de las 12:00, cerraron todos los comercios en Asturias, menos farmacias, supermercados, kioscos y estancos. Creo que fue además la última vez que entré en un bar hasta dentro de mucho tiempo... me produce todo ello una sensación de claustrofobia exagerada, no se si por la idea de no salir de casa prácticamente más que unos metros más arriba o abajo durante 15 días -15 en el mejor de los casos-, o precisamente por saber que todavía quedan 15 interminables, impredecibles y extraños 15 días por delante.

No pude evitar salir de casa por la tarde. Hace un día primaveral, 17º, SOL y ni una nube en el cielo. No era recomendable y fue irresponsable, lo admito. Por la calle había más gente, poca, pero había. Se apartaban al pasar, guardando una distancia prudencial, aunque había casos de gente que parecía ajena a todo. Incluso comercios abiertos. Que yo haya visto, una tienda de ropa, una zapatería y una churrería.

Algunas imágenes.










(el vídeo no es mio, se difundió por Whatsapp, pero lo adjunto, para ilustrar. Gracias a su autor, al que desconozco).

Por el paseo de Begoña, un coche de la polícia decía por megáfono que la gente se lavase las manos y se quedase en casa. Poco más, llegar a la playa, dar la vuelta rápidamente hacia casa. Y se acabó el día a las 17:30.

A las 21:00, Pedro Sánchez, anunció definitivamente el Estado de Alarma. Que bien, al menos abren las peluquerías.

A las 22:00 empecé a escuchar aplausos por las ventanas. Aplauden a los trabajadores de la sanidad.

A escribir. Sinceramente, y no me avergüenza decirlo para nada, aunque creo que se pasaron con las medidas y que vamos a la ruina, creo que nunca tuve tanto miedo en mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario