domingo, 22 de marzo de 2020

Diario de Alarma, Día 9

Día 9. SILENCIO.

Qué curioso que sea domingo y aun a pesar de que ahora son prácticamente todos los días iguales, se note y todo. Para hoy mi decisión es la de empezar a no prestar demasiada atención a las noticias, darles un silencio, como silencio hay en este dominical día de encierro.

Además empiezo a percatarme de que en según qué canal de televisión las cosas -si bien ya lo sabía de antes- comienzan a contarse de forma aún más sensacionalista y tendenciosa políticamente que antes. Los que votaron otra cosa diferente se quejan de que cualquier medida está mal, o incluso ha llegado tarde, o le buscan miles de vueltas a las cosas para encontrar por arte de magia la explicación perfecta para tener razón. Sobre los tendencionismos de la televisión, parece ser que en un concreto y muy popular y "amigo" canal, han dicho que ayer hubo caceroladas contra Pedro Sánchez. Por lo que respecta a un servidor, ayer no escuché cacerolada alguna. Eso sí, el otro día se olvidaron de citar la sonora cacerolada al rey durante su discurso.

La realidad es que ninguno de los políticos actuales habría hecho nada diferente. Nadie habría cerrado las fronteras cuando tuvo que haberlo hecho, nadie de ningún partido, de cualquier signo político. La explicación es que, nadie habría llevado la contraria al sistema imperante de los poderes económicos, que en España se sustentan en las inversiones baratas del turismo, y en muchos casos de la dependencia de China.

Por otro lado, los grandes gurús del ultraliberalismo siempre han defendido al "mercado global" (la llamada "globalización", o lo que es lo mismo pero llamado de forma GUAY: convertir a todo el planeta en un único mercado con millones de consumidores. Los poderes ven en esto una auténtica panacea, y de hecho para forrarse más y más es lo que mejor les viene. Así pues la existencia de cualquier traba fronteriza al tráfico de recursos (materiales o humanos) es el mayor enemigo de la tal globalización.

Así pues, en España habría sido prácticamente imposible clausurar la frontera cuando hubo que haberlo hecho. ¿Quién iba a oponerse a los negocios turísticos de los poderes fácticos? ¿quién iba a ir en contra de la globalización? ¿quién iba a ir en contra del espacio Schengen de la UE?... Creo que nadie. Por poder, se habría podido, puede, pero nadie lo hubiera hecho. Ni aquí ni como vemos en ninguno otro país de la UE, que más o menos van por los mismos derroteros que España, han tomado la decisión a tiempo. La globalización, el turismo y las fronteras abiertas han sido la principal vía de entrada de nuestro desagradable visitante el COVID19.

Por otro lado, el progresivo desmantelamiento de los sistemas de salud pública en España, han causado que la capacidad sanitaria sea insuficiente, y en algunos casos como Madrid -el centro de la panacea ultraliberal en nuestro país- no es que sea insuficiente, es que es deficiente. Como hemos visto estos días la sanidad ya asume un código de guerra en cuanto a qué pacientes tratar, si a todos o preferentemente a los que más probabilidades tienen de sobrevivir.

Pero independientemente de todo eso, no es el momento de andar pidiendo responsabilidades, y de que quien no está contento con el gobierno en su mayoría porque ha votado otra cosa, se pase el día quejándose y diciendo que está todo mal. Las depuraciones de responsabilidades deberían ser luego, no ahora. Es que no hay que perder neuronas discutiendo si no aunando esfuerzos para que todo se arregle lo mejor posible cuanto antes.

Hoy se han anunciado algunas medidas nuevas, y otros 15 días más de cuarentena, que a saber si no son más. En Italia parece que la curva de contagios va mejorando. En Asturias van 545 contagiados, 11 fallecidos y 20 recuperaciones. En el total de España van 28.572 contagios, 1.720 muertos y 2.575 recuperados. (Hoy los datos que pongo son los oficiales).

En cuanto a mi, hoy ha sido un día muy cultural, pintando y leyendo. Además he visto una película, K-19 the Widowmaker, que está bastante bien, y también la recomiendo si te gusta el cine bélico o de catástrofes.


Ficha en Filmaffinity

A medio día me percaté que me había quedado sin Coca Cola (!!!!). Afortunadamente en la panadería de abajo no había gente justo antes de que cerraran, así que fue una pequeña y fugaz incursión. Es light tranquilos.

La reflexión de hoy, quizá a tono con la película, se me ocurre que la cuarentena es como ir en un submarino, o una nave espacial. De hecho la tripulación de un submarino, o de una nave rumbo a Marte estarían mucho más confinados, y sin poder sacar la cabeza por la ventana para respirar. Así pues, vamos rumbo a un destino -algo incierto eso sí- y durante el cual deberemos actuar con responsabilidad y valentía. Al menos cuando vayamos a la compra.

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